En el 2013 iniciamos un modesto dispensario, unos pocos medicamentos, una enfermera, Anastasia y un médico los fines de semana, la gente se muere de fiebre, no hay vacunas para los niños y el hospital está demasiado lejos y es de pago.
Hubo que cerrarlo por falta de medios, sigue faltando comida y comer es más importante. La enfermera Anastasia sigue colaborando con nosotros aunque casi no tenemos medicamentos.


La petición de formar parte del grupo genera tanta presión que formamos un nuevo grupo de familias, el Grupo de santa María de la Cabeza, en la aldea de Kamuya.
Además entre todos construyen una capilla.
Empiezan a limpiar para cultivar nuevos terrenos donados, mandamos nuevamente dinero para semillas.